martes, 21 de septiembre de 2010

La verdad no existe, existe la verdad subjetiva.

Porque la subjetividad es cuando uno se mira en un espejo.

Mientras haya un punto de vista va a haber subjetividad porque la subjetividad no es única.

Si una cosa es verdad y lo contrario también es verdad

¿entonces existe la verdad o solo existe una verdad subjetiva?...

el pOder de las mujeres...

Las mujeres siempre tenemos el poder, y al poder nos lo dan los hombres. Porque todo lo que hacen ellos, sean padres, hijos, amantes o enemigos simplemente lo hacen para llamar nuestra atención. Los hombres nunca saben cómo vamos a reacciones, y eso los descoloca, los sorprende, los desestabiliza. Somos las mujeres las que siempre decimos sí o no, y en realidad les hacemos crearon a los hombres que son ellos los que dicen sí o no. El poder de las mujeres reside también en cuanto nos necesitan los hombres, se sienten perdidos si les damos la espalda.
Los hombres nos temen, por eso somos tan poderosas. Pocas cosas nos pueden frenar. Somos las mujeres las que entendemos bien el poder, está en nuestra naturaleza, en nuestra ideología. El hecho de ser madre, eso es poder ¿o no?
El poder de una mujer está en su corazón, en su intuición, en su instinto de protección. El poder de las mujeres está en su capacidad infinita de dar amor. Son los únicos seres capaces de experimentar el amor incondicional. Saben dar, cuidar y proteger la vida, y amar pase lo que pase.
Maridos, hermanos, hijos, padres, amigos y novios le deben todo al amor de una mujer. Y todo lo que hacemos es un intento para corresponderles. Es un elogio a la mujer...
Los nenes juegan a los soldaditos, las nenas a las muñecas. ellos se preparan para conseguir la gloria y ofrecerla a nosotras. Nosotras nos preparamos para darles la vida. La mujer vive para amar, y ese amor inmenso y arquetípico se transforma en fuente de energía para todos los que ocupan un lugar en su corazón.

viernes, 17 de septiembre de 2010

a vOs te pasa...¿?


A veces siento algo que no puedo reconocer ni ante mí misma. A veces veo el amor que se tienen algunas personas y siento algo muy raro en el estómago. Es una mezcla de tristeza y de bronca. Algo horrible nace en mí, como si no soportara ver la felicidad ajena. Es como una angustia. Una nostalgia por algo que tuve y ya no tengo, pero no sé qué es. Cada vez que veo que alguien tiene eso que yo no tengo se me enciende un fuego, algo espantoso que odio sentir. Me niego a reconocerlo pero creo que ese fuego que siento es envidia. Un envidioso envidia algo que puede conseguir, pero un resentido sabe que jamás va a conseguir eso que envidia. Sentir que no pudimos ni podemos lograr eso que queremos genera vergüenza y dolor, un dolor que te va matando. Sentir envidia es creer que uno tiene un derecho, que la vida nos debe algo y que es injusto que se nos niegue. Pero la vida no nos debe nada, tenemos lo que queremos y lo que podemos. Y por todo lo que nos falta hay que luchar. Ahí la envidia se convierte en deseo, y el deseo en motor. ¿Por qué nos sometemos incluso en situaciones en las que podríamos rebelarnos? ¿Por qué incluso cuando por una cuestión numérica estamos en condiciones de rebelarnos no lo hacemos? Hay dos motores que mueven a la humanidad, uno es el deseo y el otro la envidia, o sea desear lo que sea el otro. Todos tenemos deseos, son el motor de nuestra vida. No es malo tener deseos, pero cuando no alcanzamos lo que deseamos y lo alcanza otro ahí nace la envidia. Nadie desea lo que nadie desea. Un cuarto lleno de juguetes, dos niños, uno agarra un juguete y el otro por supuesto quiere el mismo juguete. Está en la naturaleza. ‘Que suerte, que guacho, que tarro…”. Si, tarro, cosas que le decimos al otro cuando creemos que tuvo suerte, pequeñas expresiones simpáticas teñidas con una gotita de envidia, nada grave. ‘Envidio el vestido que tiene mi amiga, pero bueno, yo voy a tener otro también’. Hay otra envidia que es mucho más peligrosa: la envida del ser. La envidia del ser es algo tan profundo, tan profundo que a veces no lo podemos ver. Ya no envidio lo que tiene el otro, envidio lo que es el otro. Los fuegos de la envidia tienen poderes casi sobrenaturales. Son fuegos que pueden arrasar con todo, pero que pueden encender un motor. Un recordatorio de que algo no estamos haciendo para cumplir nuestro propio deseo. Hay que luchar por nuestro deseo, no darse por vencido nunca. No existe fuerza más poderosa que el deseo, es indestructible. Nuestro deseo es el único capaz de apagar el fuego de la envidia...

sábado, 11 de septiembre de 2010


Quedate cada noche y sueñame en la luna
amame por las calles perdidas de mi vida
besame poco a poco no sea que me muera
vive con esta loca perdida que te quire
Si me hace falta tu presencia yo me pierdo buscandote
cierro mi vida, cierro para mi el libro blanco de mi vida
Perdida sin ti no me dejes sola sin ti
Quedate en mi casa i love you
sin ti me falta todo i need you
sin ti no queda nada
Estoy perdida no me dejes sola
Guardate en mi memoria y escondete en mis brazos
metete por los poros abiertos de mi herida
mirame desde cerca y matame si quieres
pero no me abandones al viento de mi vida
Si me falta tu presencia yo me pierdo buscandote
cierro mi vida, cierro para mi
el libro blanco de mi vida….
Perdida sin ti…

viernes, 3 de septiembre de 2010

cOlores verdaderos...


Vivimos en un mundo que no acepta grises, todo es blanco o negro. Nos convencieron de que solo podemos ser blanco o negro. Pero yo, yo no soy ni blanco ni negro.
El casamiento es la unión de dos diferencias. Es el puente que hay entre dos territorios, dos elementos que se juntan para formar un tercero.
¿Si se casan el azul y el amarillo que nace? El verde. Que es un color que tiene un poco de amarillo, un poco de azul, pero que es un color nuevo, es verde, un color que antes no existía y que ahora existe gracias a esta comunión. Una vez que se forma ese nuevo color es inalterable.
Ese nuevo color, esa mezcla de sus colores, se mantendrá entre ustedes por el resto de su vida. Y nada ni nadie podrá borrar ese nuevo color. Cada persona tiene su propio color, único e irrepetible, y ese color viene a estemundo para brillar.
Si ese color que trajimos, si esa luz se apaga, deja de brillar, nos hundimos en la oscuridad. En la oscuridad total no ves ni tu sombra, mucho menos tu propia luz. Cada uno tiene su color, su esencia, su identidad, y eso no se puede apagar. Y esos colores se mezclan, se unen, se combinan, forman nuevos colores cada vez más brillantes.
No existen dos colores iguales. La humanidad es una gran, enorme e infinita paleta de colores. Hay tantos colores como personas. Dentro de un mismo color hay millones de colores, millones de posibilidades. Los colores se definen por contraste. Los colores armónicos son aquellos que cuando se mezclan funcionan mejor.
Y cuando ningún color está presente lo que uno percibe inevitablemente es el negro. El negro, la oscuridad en la que estás es la ausencia de colores. La oscuridad no deja posibilidad de matices. El negro es negro.
Y agarrate Catalina. Cuando los colores verdaderos de cada uno se mezclan el resultado es una cálida y potente luz blanca que algunos llaman portal…