lunes, 11 de julio de 2011

La Decepcion...


“Juntos venimos bien” acaba de decir el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y lanza una sonrisa y después empiezan los primeros acordes de “No me arrepiento de este amor” y como si fuera poco empieza a bailar con Maria Eugenia Vidal.

Se ven los globos amarillos, azules y rojos. Se ve la sonrisa del Rabino Bergman, se ve la alegría en resumen de TN y Clarín que creen que este es un triunfo que les suma mucho a 2015 porque son concientes de que este 2011 por más intento que le pongan lo tienen perdido.

Sinceramente no tengo bronca, ni odio, ni resentimiento. Estoy decepcionada. Estoy dolida porque tengo una convicción muy fuerte que apuntaba al candidato del Gobierno Nacional que es Daniel Filmus.

Y me vuelve a invadir la decepción cuando veo que festejan con “Arde la ciudad” de La Mancha de Rolando que es un tema homenaje a las madres de Plaza de Mayo, de una lucha que Mauricio, que es Macri menospreció siempre mirando al futuro.

Pero se que más allá de esta tristeza/decepción me tengo que poner a hacer un análisis frío de los resultados. Tengo que decir en honor a la verdad es que ni el pronóstico más pesimista que manejaba me ponía en este escenario, con Macri alcanzando un 46,1 % de los votos.

Macri alcanza esa diferencia por una simple, muy simple razón: La gente de Capital Federal está cegada por el odio al Gobierno Nacional. La razón del odio es simple también. Este gobierno tocó un par de intereses más o menos importantes para la gente de Capital Federal. Es claro, ellos son otro país, Y como no van a ser otro país, si para muestras basta un botón: miremos los fríos números del otro país:

El presupuesto anual de la Capital Federal es el tercero en importancia del país. ¿Cuáles son los dos primeros? Bueno el puesto número uno se cae de maduro, El Nacional, el segundo es la provincia de Buenos Aires. ¿Qué quiere decir esto? Que la bendita e inmaculada Ciudad de Buenos Aires es más importante que cualquiera de las otras 22 provincias. Prácticamente debería ser una provincia con estos datos.

Ahora bien, mostrados los númeritos, vamos a pensar como ve el país el otro país: Este otro país está indignado, o mejor dicho nada de lo que haga el gobierno nacional le viene bien. No le viene bien por ejemplo que los negritos vayan ganando lugar, por eso, apoya con mucho amor que Macri quiere echar a todos los extranjeros (Excepto aquellos que le armen la campaña) del país. No le viene bien que se invierta más en salud pública, por eso vota a Mauricio, que tiene los hospitales destruidos, con la gente haciendo filas en el frío del invierno en la calle, con el Hospital Psiquiátrico Borda sin gas. Al porteño le cae muy mal la recuperación efectiva del salario, por eso vota al candidato que le aumentó un 300% el ABL para emparejar. No le viene bien la educación pública, por eso mientras insulta porque le aumentaron el colegio del “nene” ni se le ocurre sentarse a pensar que está mandando a su hijo a la escuela privada, porque el actual Jefe de Gobierno no invirtió más en la cartera Educación y Salud, que en la cartera que figura como “otros” (Por favor que alguien me especifique qué significa esa cartera “otros”) y que eso hace que la escuela pública a la cual deberían ir sus hijos se devalúe tanto que tenga que recurrir a la educación privada, que casualidad o mandato divino, aumenta, pero claro, siempre por culpa del Gobierno Nacional.

Presentados los datos ¿De qué me sorprendo? Es más debería haberme esperado esto, debería tomarme esto con soda, reírme, pensar: “Mirá los locos estos, creen que viven una burbuja subterránea en la cual ellos son distintos, son diferentes y mejores” o mejor aún pensar “estos tipos viven en novela de Fitzgerald, son todos personajes sacados de “El Gran Gatsby”

Pero no, son reales, no son personajes, ni viven en un mundo subterráneo. Y no viven en el subterráneo porque tampoco lo tienen, recuerden estas sabias palabras: “Sí no somos capaces de hacer diez kilómetros de subte por año somos unos idiotas”. Bueno, quizás sea un idiota el Jefe de Gobierno, ojo, siempre según sus propias palabras, no hizo ni un km de Subte por año.

Pero claro, ordenó el tránsito con esas hermosas bicisendas, sí esos separadores amarillos que consisten en separar el cordón veinte centímetros más de la calle. Y te cambió la mano de Santa Fe y Pueyrredón para que ahora en vez de insultar media hora insultes dos horas.

Ojo al dato, cumplió con las viviendas, de todas las que prometió hizo once, con plata del Gobierno que tanto desprecia.

Pero también pienso. ¿El votante de Macri, vota a la UCEP?, ese órgano parapolicial que se encarga de levantar gente pobre de las calles y golpearlas para luego tirarlas en provincia. Sí, estoy segura de que el votante de Macri piensa y quiere una ciudad diferente al país, y eso significa limpiar la calle de pobres también.

Y otra vez repite “Juntos venimos bien” desde su conferencia armadita con música alegre y popular. Me pregunto ¿Bergman, el primer candidato a legislador, puede afirmar que viene bien junto a su jefe. Un rabino, puede acompañar a un político que tuvo como jefe de su propia policía a una persona sospechada de cómplice en la causa del atentado contra la AMIA?.

Tal vez sea verdad. Tal vez vengan todos juntos bien. Los que no venimos bien juntos somos todo el país y la capital. Evidentemente no nos llevamos bien, y nunca lo haremos. ¿Por qué? Básicamente muchos de los porteños viven en otro pais y yo en otro. Epa, ¿Somos todos argentinos? Puede ser, pero usted sueña con un mundo y yo sueño con otro, por lo tanto “Juntos no venimos bien” y entonces por eso hoy le tengo que decir con mucha tristeza, pero con gran sinceridad: “Separados vamos a estar mucho mejor”...