lunes, 19 de septiembre de 2011

no me sueltes la mano...


Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una remera que no usas, es dar una parte tuya, es darte vos. Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer. Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una. Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros. Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase...






Mirarás a los ojos turbios del pasado 
ahora, antes que sea tarde.
Con la mirada histórica,
de penas desoídas,
de orgullos derribados,
de miserias malditas,
de lágrimas cansadas, 
de hambres no satisfechas,
de cristos sangrantes sobre las barricadas,
de afrentas dolorosas
de muertes humillantes,  
(Que rebeldia virgen, de odio tierno y terrible te subirá por las entrañas!)
con las pupilas aceradas de rencor,
cargarás la valija de culpas y castigos
sobre tus hombros,despacito...
tomarás cualquier arma de un calibre cualquiera
si es posible de fuego, gruesa y breve,
y oprimirás el gatillo dulcemente,
sin detenerte a pensarlo demasiado;
sin olvidar que la detonacion es un desafio martirizado,
una advertencia firme, recordando que la bala,
es una lagrima certera, una palabra no escuchada
no sentirás remordimientos:
ellos no lo merecen.
Si te impresiona su sangre derramada, recordaras la nuestra, largamente olvidada...
Y cuando el futuro, te dedique una bala con tu nombre, no dudaras en aceptarla como una decisión incuestionable, y no iras a decirme que no te lo adverti_
"En una revolucion se triunfa o se muere"
... CHE ...

gritá!

A veces hay que gritar, porque nuestra parte luminosa es también la más silenciosa, casi tímida. Entonces hay que ayudar a esa parte luminosa a que se imponga y que diga ‘acá mando yo’. Gritá, imponete, hacete oír. Mostrale a esa parte oscura quien manda, a veces hay que hacer un poco de lío. Gritá, gritá.
Nadie puede callar a nuestro yo verdadero. Por más que intenten silenciarlo, por más tímido que sea, siempre está ahí. La mejor parte de uno también es la más débil, la más calladita, entonces hay que ayudarla, hay que resistir.
Lo mejor de nosotros es nuestra parte sensible, y de tan sensible se queda muda ante el dolor, por eso hay que gritar. Porque si no gritamos, si no lo expulsamos, ese dolor nos puede terminar matando. Gritá, hoy, ahora, ya. Mañana puede que sea demasiado tarde…

mirame...

Mirame, date vuelta y mírame, date vuelta y volve por favor. Y acá estamos otra vez, logrando que alguien te mire. Cuando queres que alguien te mire no importa ninguna otra mirada, vos queres esa mirada y ninguna más. Pedimos a gritos desesperadamente que abran sus ojos y nos miren, que nos vean, que vean nuestro dolor y nos comprendan. Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar de nadie, para no necesitar de una mirada para existir. Pero somos esclavos de esa mirada, la necesitamos, como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada, intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser mirados. Lo curioso es que los ojos que más nos obsesionan son los que no nos pueden mirar. Pero la mejor mirada no es la que se nos niega, sino esa mirada que no vemos, la que ignoramos distraídamente. Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás. Es imposible que nos mire a una mirada vacía, vaciada. Pero lo queramos o no somos esclavos de esa mirada porque todos somos luces apagadas que solo se encienden cuando alguien nos mira.


Vamos a dar la vuelta de algún modO…

jueves, 8 de septiembre de 2011

que salte la banca! ♫



       LO QUE DARIA POR SENTIR
      NUEVAMENTE ESE ALBOROZO…
                                           slb

por el boleto estudiantil

Se cumplen 35 años de "La noche de los lápices"

Se trató del secuestro de diez estudiantes de secundaria de la Escuela Normal Nro. 3 de La Plata durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

Durante "La noche de los lápices" fueron secuestrados 10 estudiantes secundarios.
Hoy se conmemora en todo el país el 35º aniversario de "La noche de los lápices", una serie de secuestros de diez estudiantes de secundaria, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores en la ciudad de La Plata.

Se trató de estudiantes de la Escuela Normal Nro. 3 de la Plata que fueron secuestrados por fuerzas de seguridad tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Tenían entre 14 y 17 años.

El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas".

Los estudiantes asesinados durante ese operativo fueron: Daniel Alberto Racero, María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Francisco “Panchito” López Muntaner, Claudio De Acha y Horacio Ungaro.

Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura: Gustavo Calotti, Pablo Díaz, Patricia Miranda y Emilce Moler.

La mayoría de ellos pertenecía a la Unión de Estudiantes Secundarios de La Plata, agrupación con un alto compromiso en la lucha contra la dictadura...


LO QUE LOS LAPICES ESCRIBIERON YA NO SE PUEDEN BORRAR!